Estábamos sentados los tres en la escalera. Un gota de agua cayó sobre mi mano, empezaba a llover. Las nubes estaban quizás tristes y sus lágrimas caían sobre mí. Reímos a carcajadas, debajo de ella. Juguemos botella borracha, opinó alguien. Verdad o reto. Reto. Dale un beso en la mejilla, dijo. Chocó su mejilla con la mía, eso no fue un beso. ¡No sabe dar besos!. Un choque de mejillas otra vez, tampoco fue beso. ¡Gayy!. Me tomó suavemente y esta vez sentí sus labios. Terminó, dejó de llover. Como si las nubes solo derrocharon agua para ver como me besaba.